Los conflictos en las relaciones de pareja

Los conflictos en las relaciones de pareja

En las relaciones de pareja, igual que en otro tipo de relaciones, en ocasiones surgen conflictos y es importante aprender a manejarlos para que estos no acaben con la relación, sino que se pueda aprender y crecer también a través de ellos. Los conflictos de pareja si son muy frecuentes y no se saben resolver, pueden ocasionar problemas de salud emocional y/o física y dañar emocionalmente a los hijos, si es el caso. Y es por eso que es importante poder afrontarlos de una forma madura y constructiva. Algunos de los motivos por los que las parejas discuten son los siguientes: La intimidad: la intimidad es una cuestión muy personal de cara a uno mismo y de cara a la relación. Es necesario poder tener claro el grado de intimidad que uno quiere compartir con el otro a nivel emocional y sexual, y poder llegar a puntos de encuentro, para que la intimidad juegue a favor de la relación y del vínculo y no en contra. Gestión del tiempo libre: este puede ser un motivo de discusión porque las necesidades, los gustos o las aficiones de cada miembro pueden ser diferentes y puede haber una dificultad para llegar a acuerdos acerca del tiempo libre que se comparte y el que cada uno pasa por su cuenta. Gestión de las tareas domésticas y cuidado de los hijos: es posible que no haya un acuerdo en qué tareas se deben hacer, cómo hacerlas y quién se ocupa de ellas. Siendo así se puede dar un desequilibrio en la organización de las tareas, dando lugar a una sobrecarga de uno de los...
Violencia, trauma y reparación.

Violencia, trauma y reparación.

En los últimos tiempos se está visibilizando y concienciando cada vez más en la sociedad la problemática de la violencia de género: aparecen más noticias en los telediarios, hay más movimientos sociales que la condenan, existen más programas sociales de ayuda a las víctimas, concienciación de la población sobre la problemática, educación y prevención con jóvenes, formaciones específicas para profesionales para que atiendan a las víctimas, etc. Desafortunadamente, la violencia ha existido siempre, no sólo la de género, sino también otros tipos de violencia: de padres a hijos, entre hermanos, en las relaciones laborales o incluso dentro de las instituciones, por poner algunos ejemplos. A veces la violencia puede ser a nivel físico y otras veces a nivel psicológico; a veces es más brusca y otras es más sutil, pero en cualquier caso deja una huella en la persona que la sufre y tiene consecuencias nocivas en su vida, como por ejemplo: la activación  del miedo, la inseguridad, la desconfianza, aumentan los niveles de ansiedad, baja la autoestima, afecta al sueño y al apetito…en definitiva, mantiene a la persona en un estado de angustia y amenaza frecuentes. En función de cómo haya sido el episodio de violencia sufrido (nivel de intensidad, duración del episodio o frecuencia) tendrá un impacto y unas consecuencias negativas diferentes para la persona. La psicóloga Katherine Hudgins desarrolló hace unos 40 años un modelo de trabajo terapéutico para atender a personas que habían sufrido trauma (TSM- “Modelo Terapéutico en Espiral”).  Desde este modelo identificaba que cuando se sufre un trauma se juegan tres roles principales en la situación: víctima, agresor y autoridad que abandona frente...
“Si tú no me miras, yo no soy”: La dependencia emocional

“Si tú no me miras, yo no soy”: La dependencia emocional

La dependencia emocional es un estado psicológico que se puede establecer en diferentes tipos de relaciones, ya sean familiares, de amistad o de pareja. En estas relaciones, la persona que sufre la dependencia busca una cercanía extrema hacia la otra persona para cubrir necesidades como la seguridad, el afecto, el reconocimiento o la protección. Y cuando no cubre esas necesidades a través de la relación sufre malestar. Cuando se dan este tipo de relaciones, se juegan dos roles complementarios: el rol de la persona que es más dependiente y sumisa ante el otro, y el rol del dominante, que tiene más poder en la relación. – La persona más sumisa suele ser insegura, con una baja autoestima y poca confianza en sí misma, y desde estas carencias, busca que sea el otro quien se ocupe de ella. Este funcionamiento en la relación responde a posturas más infantiles, en las que se necesita de otro para sobrevivir a nivel emocional. Pareciera que la persona dependiente no tiene un lugar en el mundo si no es a través de la mirada del otro, lo cual le deja en una situación muy vulnerable, con riesgo incluso de ser maltratada. – La persona más dominante puede llegar a tener en los casos más extremos un perfil de personalidad más narcisista o egoísta y buscar que le admiren o le idealicen. Que haya una persona sometida a ellos les da poder y aparentemente los engrandece. Tanto en un rol como en el otro, ambas personas estarían participando de una co-dependencia insana y de una misma herida emocional, la de la falta de una valoración...
El miedo a ser feliz

El miedo a ser feliz

La felicidad es algo que normalmente las personas anhelamos y deseamos en nuestra vida. A veces es un objetivo vital y caminamos tras ella, invirtiendo tiempo, dinero o esfuerzo “para ser felices”, en función de lo que cada uno entienda por “felicidad”. Entonces, si es así, ¿cómo podríamos tener miedo a ser felices?, ¿cómo temer lo que más anhelamos?  El miedo a ser feliz es quizás uno de los miedos menos reconocidos o conscientes del ser humano. Hay otros miedos mucho más fáciles de identificar, como el miedo al rechazo, al abandono, a lo desconocido, o a la muerte, por ejemplo.  Pero el miedo a ser feliz… ¿ Quién se reconoce ahí? En una ocasión, una mujer me dijo en consulta: “Eva, estoy muy bien… ¡tan bien que me da angustia!”. Nos reímos ante la aparente incongruencia de lo que decía… y después analizamos qué le estaba pasando: se sentía muy rara estando bien, no era habitual y le daba inseguridad porque no se reconocía en ese estado, era nuevo para ella. Esta situación y otras que he vivido en la consulta con mis pacientes me han hecho reflexionar sobre cuales podrían ser los motivos para tener miedo a ser feliz (que incluiría: estar bien, con tranquilidad, serenidad, paz, alegría, ilusión… es decir, estados de bienestar)  y he llegado a estas conclusiones: 1.A veces es desconocido: las personas vivimos en contacto con el conflicto de forma habitual, ya sea a nivel interno o externo, y por eso es algo conocido para nosotros. Puede que convivamos con la intranquilidad, el malestar, o incluso con la angustia, pero al fin y...
El placer de ser tú misma

El placer de ser tú misma

¿Quién soy yo? Esta es una interesante pregunta que no siempre es sencillo responder. Los humanos somos tan complejos que en ocasiones es difícil definirse. Pero quizás es más sencillo discriminar con qué nos sentimos identificados y con qué no. O cuándo sientes que estás siendo más auténticamente tú y cuándo no… A medida que nos alejamos de lo que somos vivimos una incoherencia y un conflicto interno que crea malestar. Y, al contrario, cuando nos acercamos a pensar, sentir o actuar de una forma coherente con quiénes somos sentimos tranquilidad. Encontrar la coherencia interna para sentirse una misma, a veces es un proceso de descubrimiento, de creación, de ensayo-error, de ir probando cómo estar en la vida de una forma más espontánea. Conocer quién eres a veces pasa por empezar a discriminar lo que no eres: -Los condicionamientos del pasado. -Los roles infantiles dentro de la familia. -Las cargas que no te corresponden. -Los miedos. -Las responsabilidades ajenas. -Las miradas que no te ofrecieron lo que te merecías porque no pudieron. – Las pérdidas. Es posible que algunas de estas cosas las hayas vivido tú. Pero esto NO ERES TÚ. Quizás ha condicionado la imagen de ti misma, tu sentido de identidad, la forma en la que te relacionas contigo, con los demás, o con el mundo. PERO TODO ESTO NO ERES TÚ. Algunas personas, a lo largo de su historia han vivido situaciones en las que había una amenaza de daño, abandono o rechazo. Y por supervivencia, han buscado el cariño del otro o la protección, a veces al precio de dejar de ser ellas mismas de...